El espacio como recinto |
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Lo esencial es invisible para los ojos(…) Lindomar Placencia sorprende con la antítesis de las artes visuales, con cuatro autorretratos invisibles de gran formato (145 cm x 45 cm) realizados con lápiz casi blanco sobre cartulina, que seducen, que engañan y que demuestran no sólo la unicidad de la presentación matérica con la representación referencial, sino también la unicidad de la permanencia y la impermanencia, de la existencia y de la ausencia, de la realidad y su ilusoria percepción. Como bien señala Fernández Torres, una exposición en la que el mundo representado y el mundo real borran sus límites demostrando, como dice El Principito, que 'lo sencial es invisible para los ojos'. Lo esencial es invisible para los ojos |