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El espacio como recinto |
Terapia de grupoLa producción visual de Lindomar Plasencia se ha caracterizado desde sus comienzos por la procesualidad, es decir: por plantearse cada obra como un proceso cerrado, cíclico, que funciona como invasión o intervención in situ del espacio expositivo; tras demostrar concienzudamente una fuerte formación conceptual; en su serie: El hombre invisible, 2006-2008, la cual aún está en proceso de elaboración adaptándose a cada ocasión en que fragmentariamente es expuesta, el artista investiga en la capacidad de representar lo irrepresentable, realizada de manera preciosista, meticulosa y detallada, en lápiz sobre papel, estas piezas escudriñan en las posibilidades descriptiva de una inteligente “trampa al ojo” de quien la mira, ya que lo obliga a encontrar cada fragmento de la obra, gracias a la especial iluminación que necesita la misma y su monocromatismo, para apreciar su invisibilidad. Como si nos indicara que es obvio y tautológico que es imposible mostrar un retrato integral de nadie, el artista se autorretrata en un “blanco sobre blanco” mostrándose ante nosotros, sólo en fracciones perceptibles, como exigiendo la cercanía y la proximidad íntima del espectador para descubrir lo que solamente él quiere mostrar de sí. Sólo un destello. Terapia de grupo |
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